El oso panda, también conocido como
panda gigante, es un mamífero omnívoro caracterizado por su coloración en
blanco y negro y su afición al bambú. En la cultura china es llamado
oso-gato debido a la forma pequeña y alargada de sus ojos, similar a la de
estos felinos.
El panda gigante habita en las remotas
regiones montañosas de China Central y el Tíbet a alturas de 1,200-4,100 metros
sobre el nivel del mar.
Los bosques de bambú son su hábitat por
excelencia. Se caracterizan por ser montañosos, húmedos y frescos, es por ello
que el panda se protege entre los árboles o en cuevas.
El oso panda es un animal solitario. Tiene
mayor actividad durante las puestas de sol y suele delimitar su territorio con
orina, olores y marcas de garras; así evitan enfrentamientos entre ellos.
A diferencia de otros osos, el panda gigante no hiberna pero sí desciende a
elevaciones más bajas durante el frío invierno en busca de temperaturas más
altas.
El panda es casi exclusivamente herbívoro,
pues el 99 % de su dieta está conformada por bambú, y puede pasar de 10 a 12
horas del día alimentándose. Se diferencia de otros osos al tener la habilidad
de poder alimentarse sentado. Con su llamado sexto dedo, rompe fácilmente el
bambú.
Ambos sexos alcanzan la madurez sexual
entre los 5 y 7 años de edad, aunque algunos individuos lo hacen a los 4 o tan
tarde como a los 8 años. Su sentido del olfato es muy utilizado durante la
época de reproducción.
Alrededor de 1,600 individuos es la
alarmante cantidad de pandas gigantes que existen en su hábitat natural. Otros
pocos habitan en zoológicos y son una de las mayores atracciones de esos
lugares. La masiva destrucción de su hábitat y la caza descontrolada son los
motivos principales por los que esta especie se encuentra amenazada, pues su
dependencia al bambú lo hace sumamente vulnerable.
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